#SerUniversitario

Experiencias universitarias contadas por universitarios.

¡No quiero rendir, no voy a poder!

| 5 Comentarios

Siempre me llamó mucho la atención el peso que las creencias tienen en nosotros. No me refiero a creencias religiosas o ideológicas (aunque son válidas también) sino más bien a aquellas que hemos construido y confirmado en el tiempo y que actúan como habilitantes o limitantes de nuestro accionar.

Me encuentro a menudo con estudiantes que tienen capacidades súper interesantes, metas u objetivos claros, pero guardan en sus mochilas creencias como “no puedo”, “no lo merezco”, “no soy capaz”, que tiran por la borda todo lo otro.

Pero… ¿tanto “peso” tienen las creencias?

Las creencias ejercen un gran impacto sobre la manera en que nos comportamos y los resultados que obtenemos en base a nuestro comportamiento. Pues éstas son las que le dicen a tu cerebro qué información deseas recibir y qué información debe bloquear.

Nuestras creencias filtran lo que captamos a través de nuestro sistema sensorial, de manera que determinan el significado que asociamos a cada vivencia en particular, por insignificante que esta nos parezca. De allí la famosa frase de Henry Ford:

“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.

Henry Ford

Explicado científicamente, este mecanismo en el que las creencias “modelan lo que hacemos” se debe a la existencia de una región de neuronas en nuestro cerebro llamado Sistema de Activación Reticular que actúa como una suerte de filtro. Entonces, por ejemplo, supongamos que sos de los que continuamente se bajan de las mesas finales porque creen que no van a poder. Tu creencia provoca que el cerebro se empiece a enfocar en todas las cosas que refuerzan esta idea y va a dejar de lado el resto. Tu atención estará centrada en el comentario que hizo el profesor en la clase de consulta, en la respuesta que dio tu compañero durante la sesión de estudio o en el error que cometiste mientras practicabas el ejercicio; en lugar de atender y valorar el proceso que has estado realizando, las lecturas a consciencia, las notas en los prácticos, los resultados de los parciales, etc.

Por tanto, lo que el cerebro hace es ayudarte a confirmar eso que crees (“que no vas a poder”) a través del filtro de la información. Sin embargo, ¡lo importante es saber que no todo está perdido! Si entendemos que es uno quien ha programado a nuestro cerebro y, por consiguiente, a nuestras creencias a partir de las experiencias de vida, entonces somos nosotros mismos quienes podemos también re-programarlo.

Si estás siendo consciente de que hay creencias que no te están permitiendo vivir como realmente querés o bien no te están ayudando a cumplir tus metas, te invito a poner en práctica los siguientes ejercicios:

  1. Tomá conciencia: Pregúntate ¿cuál es mi creencia limitante? Cuando tengas la respuesta –“Yo no puedo” (por ejemplo)- repetila varias veces en voz alta. Escucharnos nos permite conectar el contenido con la creencia.
  2. Pregúntate por qué: Yo no puedo porque…
  3. Sensaciones corporales: Prestá atención a lo que experimentas a nivel físico cada vez que repites en voz alta la creencia.
  4. Viaje al pasado: Ahora tratá de indagar para recordar de tu pasado quién te dice eso, de dónde lo escuchaste. Analizá tus respuestas y dales sentido.
  5. Expandí tu mapa: Buscá acceder al beneficio o intención positiva de tal creencia para transformarla en otra o bien modificarla en su punto medio. Para ello, podés ayudarte con preguntas: ¿qué pasa si podés con todo?, ¿qué pasa si no podés con todo?
  6. Visualizá: Una vez que hayas definido la nueva creencia tenés que visualizarla en tu mente. Tenés que hacerlo de la manera más real que puedas. Enfocate en cómo te ves a vos mismo, cómo te movés, cómo es tu tono de voz, cómo te sentís.
  7. Lo importante que debés saber acá es que para tu cerebro esto que visualizás está pasando de verdad, es real.
  8. Repite: Para transformar la creencia, debés practicarla y repetirla en el tiempo para hacerla propia. Lo ideal es que te animes a realizar tu visualización todos los días -por lo menos- un minuto. Hacelo cuando quieras, mientras te bañás, mientras vas en el colectivo o al acostarte. Simplemente, ¡visualizá!

¿Qué creencias vale la pena mantener para alcanzar nuestros objetivos? Teniendo en cuenta algunas de las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, ¿cuáles nos son útiles? ¿nos ayudan en el camino o lo entorpecen?

Autor: Antonella Viggiani

Soy Prof. en Ciencias de la Educación (UNCuyo) y Maestranda en Dificultades del Aprendizaje (USAL). Me considero una apasionada de mi profesión. De mi formación como docente me enamoran muchas cosas, pero los procesos de aprendizaje son los que realmente me cautivan. Podés contactarme a anto.viggiani@hotmail.com


Compártelo:


5 comentarios

  1. Muchas gracias por el post! Profe♡ muy motivador.

    • Hermoso post, el nuevo cambio al mundo facultativo me genero demasiadas sensaciones nuevas y entra ellas aumentó mi miedo o tirarme abajo, muy interesante el post!

  2. MUY buen posteo!!!!

  3. Me gustó. Lo voy a poner en práctica.

    Saludos,
    Geraldine.

  4. es un articulo bastante interesante, lo que tu cread es tu realidad. seguire tus articulos ya que uno ñosee muchas limitaciones que no le permiten avanzar. Gracias

Deja una respuesta

Los campos requeridos estan marcados con *.